Foto: Víctor Argüelles. |
Pareciera que nada tengo
que nada ha bajado a la página,
que ningún verso se ha desatado
de la rama de la noche.
Que nada es posible.
Pongo mis hojas al sol para verles crecer sus raíces
lodo que dé muerte a ese blanco inaudito
que todo inicio es.
Preocupa a veces por sus dimensiones
por la inexactitud en lo que dice.
Se prolonga un intermedio entre verso y verso
y así la fronda cae,
tiende puentes de lianas
donde pasarán espirales de formas encorvadas,
figuras, y todo acertijo que dará muerte
al diurno albor nacarado
pero no.
El intermedio se prolonga
descansa entre línea y línea.
Su enorme vacío se dilata
hasta las horas altas de maleza
en que yo suspendo el transcurrir
de pies ajados por lajas avaras,
ásperas en el intento
de conducirme a descifrar.
Publicado en la revista Sinfín, Año 2, N. 10, marzo-abril 2015.
2 comentarios:
Excelente poesía amigo Arguelles.
Gracias. "La mujer que dividió el tiempo". Es un gusto encontrar nuevos lectores. Saludos.
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