Se nos ha dicho de golpe casi a flor de piel
que la vida es una película pasajera
a la que asistimos sin permanencia voluntaria
y que cada quien sale a la hora precisa
Se nos ha dicho también que la cinta tiene de todo
y que hay que aguantar hasta el final
(aunque a veces tratemos de salirnos antes de tiempo)
Se nos ha dicho que representamos distintos papeles
y que el argumento está lleno de violencia
de ríos de sangre de niños escuálidos muertos de hambre
de mujeres violadas en su piel de niñas
de bombas que perforan la tierra y crean cráteres en la piel
Se nos ha dicho
se nos repite siempre
casi se nos grita
que hay que soportar
que no cerremos los ojos
que no nos tapemos los oídos
ni nuestras bocas
como los monos de la tradición china
se nos dice y vuelven a decirnos
que la muerte es sólo un cambio de personaje
que no desaparecemos nunca
que todo continúa
y que regresamos a la misma película
a la misma cinta
para ponernos otras máscaras impalpables
otros trajes en la desnuda vergüenza
otro sueño en los ojos otra neblina
otra muerte
(De Obra poética III, Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, Col. Carlos Pellicer, primera edición 2011, pp. 208-209)
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