Las vértebras caen,
unas sobre otras,
polvo de aquellos tiempos
donde el cuerpo podía moverse
con soltura.
Los túneles colapsan
pero nunca terminan
de ser túneles;
me muevo desgastándome,
afiebrado, derrumbándome
poco a poco y con vértigo.
Clepsidra que trasmina,
llave, grifo
en desuso,
cañería exangüe.
Los huesos
presionan a los nervios;
pero más allá del dolor,
los jóvenes
corren, saltan, vuelan
y algo se aviva
en la clepsidra seca.
(De Los árboles que poblarán el Ártico, ERA / UNAM, 2012, pp. 85-86).
No hay comentarios:
Publicar un comentario