viernes, 7 de julio de 2017

PINTURA Y CAOS. MOVIMIENTO EN BUSCA DE ORDEN


La pintura como herramienta de mi lenguaje establece una profunda reflexión en torno a la experiencia de ser, de estar, de tener como pretexto el impulso de transformar la nada en algo: arte, pintura, imagen, apariencias de una realidad que buscan la precisión de una pincelada o la justificación por medio de una idea; es así cómo establezco la labor que me ocupa desde hace años, pues para transformar la materia en pintura es preciso indagar en el proceso, y muchas veces éste se ve atravesado de un pesar, donde existe un cierto dolor por lo perdido, por lo añorado, por lo inaprehensible, que incluso suele ser la imagen misma, percibida ambiguamente lejos o cerca, en este sentido, el proceso de registro de la imagen se da de múltiples maneras, siendo algunas veces mis propias imágenes mentales las que dominan las búsquedas, otras tantas –como recientemente experimento–, imágenes surgidas de búsquedas ciberespaciales, como cualquier navegante de la era electrónica.
En todo este proceso de creación existe un caos que me lleva a indagar y responderme sobre el tiempo, sobre las circunstancias de mi contexto en las que se desarrolla mi persona. El caos al que me refiero se da en la esfera de la exploración de temas, donde algunas veces se perciben nulos o carentes de contenidos. Lo que me preocupa verdaderamente se manifiesta a nivel de abstracción o figuración de tonos rojizos, alarmantes y anímicamente insistentes en la emanación líquida de los materiales, acaso sea este sangrar en el proceso, lo que legitime una obra plástica, pues se pinta con el color de la sangre, con la vida y con la emoción. Pintura y caos me define en el proceso, aquí es posible ver este desorden de preocupaciones, de expresiones, unidos por un hilo conductor: la existencia.

Víctor Argüelles

Ecatepec, Estado de México, julio de 2017

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