sábado, 18 de octubre de 2025

SIETE POEMAS / PIER PAOLO PASOLINI

 (Bolonia, 1922 - Ostia, Lacio 1975)









POESÍA EN FORMA DE ROSA (FRAGMENTO)

 

En esas tapias, en esos caminos, 
impregnados de extraño perfume, 
en la tibieza donde florecían, rojos, 
manzanos y cerezos: y su color rojo 
era obscuro, como hundido 
en un aire de caliente temporal, 
un rojo casi marrón, cerezas como ciruelas, 
manzanas como prunas, atisbando 
entre las brunas, intensas 
tramas del follaje calmo, como si la primavera 
no tuviera prisa 
y gozara en esa tibieza en que alentaba el mundo, 
ardiendo, en la vieja esperanza, por una esperanza 
nueva. 
Y, por encima de todo, el flamear, 
el humilde y perezoso flamear 
de las banderas rojas. ¡Dios, las hermosas banderas 
de los años Cuarenta! 
¡Flameando una sobre, otra, en una multitud 
de telas pobres, empurpuradas de un rojo verdadero 
transparentando la brillante miseria 
de los harapos de seda, de los bordados de las familias

obreras
—y con el fuego de las cerezas, de las manzanas,

violáceo

por la humedad, sanguíneo por un poco de sol que lo

hería,
ardiente rojo aglomerado y tembloroso
en la heroica ternura de una estación inmortal! 


DESIERTO

Cuando la noche sin dignidad
hace de mi cuerpo una flor lejana,
vosotros, oh Custodios, hacia absurdas ausencias
de espacios sobrevoláis, no sin antes
haber creado en torno un sombrío
desierto desnudo, en el que me quedo solo.

Grupos de estatuas, interiores, secuencias
de rostros, dispersos por aquel suelo
de ultratumba; vestigios elíseos
que incitan en el reo que los visita
terrores equívocos, dulces extensiones.
Libre recorro tal Museo.

Con mi inocencia aplaco los rostros
implacables de los Guardianes y, virgen Orfeo,
río y me aterrorizo como un niño.
En el corazón de este desierto el árido
mármol de la letrina que contemplaba
transformarse en templete en mis viejos sueños

penetré: y había un fuerte torbellino azul
en el pecho ingenuo, la derrotada vergüenza…
No estaba solo, moría de abandono…
Uno se volvió… Siento aún el trueno
de la pistola, el hedor de la cloaca.
La letrina fue templo abierto a vuestras

miradas, que no eran miradas de perdón


ABRO A LA MAÑANA DE UN BLANCO LUNES

Abro a la mañana de un blanco lunes
la ventana, y la calle indiferente
roba entre su luz y sus rumores
mi presencia infrecuente entre las hojas.
Este moverme… en días totalmente
fuera del tiempo que parecía consagrado
a mí, sin regresos ni paradas,
espacio lleno todo de mi estado,
casi prolongación de la existencia
mía, de mi calor, del cuerpo mío…
y se ha truncado… Estoy en otro tiempo,
un tiempo que dispone sus mañanas
en esta calle que yo miro, ignoto,
en esta gente fruto de otra historia


SOBREMESA EN LA REGIÓN DE KAYSERI

Y llegó un domingo en que, después de tanto sol,
las mismas razones que lo hacían feliz.
Razones, es cosa sabida, sin razón.

Quizás el primer segmento
de la curva
inclinada que el sol fatalmente recorre con especial
apatía en tierras extranjeras. Se comienza entonces
a hacer las cuentas con la realidad, como el niño
que en aquella hora lloraba por neurosis.
Alrededor estaba el Apenino, pero, en verdad,
el sol tenía esta misma indiferencia por quien le imploraba.
Seguía su camino, eso es todo. E hileras de álamos
en las orillas de los ríos –aquí y allá–, bajo las colinas cómplices
de la falta de gracia del astro paterno, parecían
en su inmovilidad querer decir tristemente grandes cosas:
precisamente las cosas que el poeta afronta pacientemente de
joven
y sobre las cuales, ya viejo, calla.


CARNE Y CIELO

Oh, amor materno,
doliente, por los oros
de cuerpos invadidos
del secreto de regazos.
Amados movimientos
inconscientes del perfume
impúdico que ríe
en los miembros inocentes.
Pesados fulgores
de cabellos… crueles
negligencias de miradas…
atenciones infieles…
Enervado por llantos
tan suaves vuelvo a casa
con las carnes ardientes
de espléndidas sonrisas.
Y enloquezco en el corazón
nocturno de un día de trabajo
después de mil otras noches
con este impuro ardor.


CERCANA A LOS OJOS Y A LOS CABELLOS SUELTOS

Cercana a los ojos y a los cabellos sueltos
sobre la frente, tú, pequeña luz,
absorta enrojeces mis papeles.
De adolescente ardía hasta el anochecer
junto a tu demacrada claridad, y eran extraños
los rumores del viento y el canto de los grillos solitarios.
Entonces en las estancias sin memoria
dormían los parientes, y mi hermano,
tras un delgado muro, estaba inmóvil.
Ahora tú, luz rojiza, no nos dices en dónde está
y, sin embargo, iluminas y suspira
el grillo en los campos desiertos;
mi madre se peina ante el espejo,
con un gesto tan antiguo como tu luz,
y piensa en aquel hijo ya sin vida.


AL PRÍNCIPE

Si vuelve el sol, si desciende la tarde,
si la noche tiene un sabor de noches futuras,
si una tarde de lluvia parece volver
de tiempos tan amados y nunca del todo poseídos,
ya no soy feliz al gozarlos o sufrirlos:
no siento ya, frente a mí, toda la vida…
Para ser poetas se necesita mucho tiempo:
horas y horas de soledad son necesarias
para formar algo que es fuerza, abandono,
vicio, libertad, para darle forma al caos.
Poco tiempo me queda: por culpa de la muerte
que me viene al encuentro en mi marchita juventud.
Mas por culpa también de nuestro mundo humano
que le quita el pan a los hombres y a los poetas la paz.


(Poemas recuperados de varias antologias y revista digitales).

martes, 24 de junio de 2025

Pintura y resistencia

Les muestro aquí imágenes de la exposción reciente en la Galería Víctor Manuel Contreras, Torre de Rectoría de la UAEM, en Cuernavaca, Morelos, que finalizará este 26 de junio.












Agradecimiento al Departamento de Extensión Universitaria UAEM, Dirección de Cultura UAEM, Arte, Cultura y Movimiento. 

miércoles, 4 de junio de 2025

PINTURA Y RESISTENCIA

 

PINTAR: UN ACTO DE RESISTENCIA

Cuando pienso en mi proceso artístico indago por coordenadas para identificar propósitos, constantes y referencias, aunque resulte difícil examinar hacia qué lado se inclina la balanza. ¿Qué aspectos logro entender? ¿Hacia dónde quiero dirigirme? Por principio, en mi pintura hay un pretexto que antecede el acto creativo; el acto de cubrir con materia los espacios desnudos, los mismos que representan retos y una plena esperanza de transformación. En mi pintura hay obsesiones, así como un compendio de especulaciones que se doblegan ante el propósito de mirar la pintura como un acto de resistencia, pues en tiempos críticos, no basta ser un testigo inactivo, sino todo lo contrario: involucrarse en la dinámica social cambiante. Sólo así, conflictos como la violencia, la agresividad humana, el mal y su lado oscuro, logran sensibilizarme y situarme en la vorágine del tiempo. En este compendio encontrarán experiencias que, desde 2008 a la fecha refieren un poco de mí.

Junio de 2025.

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INAUGURACIÓN: Miércoles 4 de junio de 2025, 12:00 h. Permanencia hasta el 28 de junio. Galería Víctor Manuel Contreras, Torre de Rectoría UAEM, Cuernavaca, Morelos. 


viernes, 14 de febrero de 2025

5 POEMAS DE AMOR... / MUJERES POETAS


CARTA DE AMOR

(Silvia Plath, EE. UU.1932-1963)

No es fácil expresar lo que has cambiado.

Si ahora estoy viva entonces muerta he estado,

aunque, como una piedra, sin saberlo,

quieta en mi sitio, mi hábito siguiendo.

No me moviste un ápice, tampoco

me dejaste hacia el cielo alzar los ojos

en paz, sin esperanza, por supuesto,

de asir los astros o el azul con ellos.

No fue eso. Dormí: una serpiente

como una roca entre las rocas hiende

el intervalo del invierno blanco,

cual mis vecinos, nunca disfrutando

del millón de mejillas cinceladas

que a cada instante para fundir se alzan

las mías de basalto. Como ángeles

que lloran por la gente tonta hacen

lágrimas que se congelan. Los muertos

tenían yelmos helados. No les creo.

Me dormí como un dedo curvo yace.

Lo primero que vi fue puro aire

y gotas que se alzaban de un rocío

límpidas como espíritus. Y miro

densas y mudas piedras en torno a mí,

sin comprender. Reluzco y me deshojo

como mica que a sí misma se escancie,

igual que un líquido entre patas de ave,

entre tallos de planta. Mas no pienses

que me engañaste, eras transparente.

Árbol y piedra nítidos, sin sombras.

Mi dedo, cual cristal de luz sonora.

Yo florecía como rama en marzo:

una pierna y un brazo y otro brazo.

De piedra a nube iba yo ascendiendo.

A una especie de dios ya me asemejo,

hiende el aire la veste de mi alma

cual pura hoja de hielo. Es una dádiva.




EL BESO 


(Anne Sexton, EE. UU. 1928-1974)


Mi boca florece como una herida.

He estado equivocada todo el año, tediosas

noches, nada sino ásperos codos en ellos

y delicadas cajas de Kleenex, llamando llora bebé

¡llora bebé, tonto!


Antes de ayer mi cuerpo estaba inútil.

Ahora está desgarrándose en sus rincones cuadrados.

Está desgarrando los vestidos de la Vieja Mary, nudo anudo

y mira, ahora está bombardeada con esos eléctricos cerrojos.


¡Zing! ¡Una resurrección!


Una vez fue un bote, bastante madera

y sin trabajo, sin agua salada debajo

y necesitando un poco de pintura. No había más

que un conjunto de tablas. Pero la elevaste, la encordaste.

Ella ha sido elegida.


Mis nervios están encendidos. Los oigo como

instrumentos musicales. Donde había silencio

los tambores, las cuerdas están tocando irremediablemente. Tú hiciste esto.

Puro genio trabajando. Querido, el compositor ha entrado

al fuego.




LA ENAMORADA


(Alejandra Pizarnik, Argentina 1936-1972)


ante la lúgubre manía de vivir

esta recóndita humorada de vivir

te arrastra Alejandra no lo niegues.


hoy te miraste en el espejo

y te fuiste triste estabas sola

y la luz rugía el aire cantaba

pero tu amado no volvió


enviarás mensajes sonreirás

tremolarás tus manos así volverá

tu amado tan amado


oyes la demente sirena que lo robó

el barco con barbas de espuma

donde murieron las risas

recuerdas el último abrazo

oh nada de angustias

ríe en el pañuelo llora a carcajadas

pero cierra las puertas de tu rostro

para que no digan luego

que aquella mujer enamorada fuiste tú


te remuerden los días

te culpan las noches

te duele la vida tanto tanto

desesperada ¿adónde vas?

desesperada ¡nada más!




ONCE DE SEPTIEMBRE


(Cristina Peri Rossi, Uruguay 1941-)


El once de septiembre del dos mil uno

mientras las Torres Gemelas caían,

yo estaba haciendo el amor.

El once de septiembre del año dos mil uno

a las tres de la tarde, hora de España,

un avión se estrellaba en Nueva York,

y yo gozaba haciendo el amor.

Los agoreros hablaban del fin de una civilización

pero yo hacía el amor.

Los apocalípticos pronosticaban la guerra santa,

pero yo fornicaba hasta morir

–si hay que morir, que sea de exaltación–.

El once de septiembre del año dos mil uno

un segundo avión se precipitó sobre Nueva York

en el momento justo en que yo caía sobre ti

como un cuerpo lanzado desde el espacio

me precipitaba sobre tus nalgas

nadaba entre tus zumos

aterrizaba en tus entrañas

y vísceras cualesquiera.

Y mientras otro avión volaba sobre Washington

con propósitos siniestros

yo hacía el amor en tierra

–cuatro de la tarde, hora de España–

devoraba tus pechos tu pubis tus flancos

hurí que la vida me ha concedido

sin necesidad de matar a nadie.

Nos amábamos tierna apasionadamente

en el Edén de la cama

–territorio sin banderas, sin fronteras,

sin límites, geografía de sueños,

isla robada a la cotidianidad, a los mapas

al patriarcado y a los derechos hereditarios–

sin escuchar la radio

ni el televisor

sin oír a los vecinos

escuchando sólo nuestros ayes

pero habíamos olvidado apagar el móvil

ese apéndice ortopédico.

Cuando sonó, alguien me dijo: Nueva York se cae

ha comenzado la guerra santa

y yo, babeante de tus zumos interiores

no le hice el menor caso,

desconecté el móvil

miles de muertos, alcancé a oír,

pero yo estaba bien viva,

muy viva fornicando.

“¿Qué ha sido?”, preguntaste,

los senos colgando como ubres hinchadas.

“Creo que Nueva York se hunde”, murmuré,

comiéndome tu lóbulo derecho.

“Es una pena”, contestaste

mientras me chupabas succionabas

mis labios inferiores.

Y no encendimos el televisor

ni la radio el resto del día,

de modo que no tendremos nada que contar

a nuestros descendientes

cuando nos pregunten

qué estábamos haciendo

el once de septiembre del año dos mil uno,

cuando las Torres Gemelas se derrumbaron sobre Nueva York



PROFUNDO AMOR


(Gioconda Belli, Nicaragua 1948-)


Profundo amor

nacido a ras del arco
arco tendido contra lo imposible
tu voz de cueva se extendió en mi cuenco
cabalgaste flechas hasta el mismo centro

El tiempo nos lanzó de lado a lado
trazos redondos surcando paralelos espacios
coincidimos desafiando las leyes deletreadas
infringiendo barreras quebrantadas al tacto

Tiempos feroces no nos devoraron
jugando a niños llegamos a la cópula
llegamos al principio de los vientos
al íntimo recodo del común aposento

Profundo amor compañero de llamas
compañero del agua de ternuras sin nombre
jinete de mis sueños
de mis piernas al alba.

lunes, 3 de febrero de 2025

CINCO POEMAS / MARIO MONTALBETTI

(Lima, Perú, 1953)










Dan-za

Si todos supiéramos danzar y silbar
al mismo tiempo y si todos
supiéramos danzar y silbar al mismo tiempo
en el desierto subiendo y bajando
y si todos supiéramos cantar en el desierto
subiendo y bajando y si todos supiéramos
danzar y silbar y cantar subiendo y bajando
en el desierto al ritmo del corazón y si
todos supiéramos amar en el desierto subiendo
y bajando las dunas amarillas y si todos
supiéramos besar en el desierto, y cantar y
silbar y danzar y subiendo y bajando si todos
supiéramos amar en las dunas amarillas y si
todos supiéramos al mismo tiempo vivir
cantando y danzando en el desierto subiendo
y bajando las dunas amarillas
Levanto mi brazo.
Mi mano coge una copa.
Brindo en tu nombre.
Y si sólo supiera (cantando en las dunas amarillas
subiendo y bajando al ritmo del corazón besarte
danzando y silbando al mismo tiempo en el desierto
y amarte en el desierto) tu nombre.


Ya no te quiero pequeña

Ya no te quiero, pequeña
ahora amo a los caballos.

Mañana amaré a las islas
y pasado será alguna ave.

(Tal vez en tres años
te vuelva a amar).

Y luego serán las vacas
pintas y luego serán
los minerales -tú sabes, el
cobre, el hierro, el-
y luego serán las ciudades
(alguna que otra jirafa)
y luego los puentes.

Antes un arcoiris que amarte, pequeña,
ya no te quiero
ahora amo a una mujer
que disuelve sus cuerpos
en las lluvias del otoño
iluminada/ anudada/ inundada
por el neón brillante
del poste de alumbrado público.

(Oh pequeña)
ya no (te quiero
Oh mujer)
ya no te quiero

sólo amo a las calles que me alientan
hacia la noche mientras la noche
ya no es noche sino mar y el mar
tumba de sonámbulos océanos, licor.


Como Walcott

Escribo a mano con un lápiz Mongol No.2 mal afilado
apoyando hojas de papel sobre mis rodillas.

Ésa es mi poética: escribir con lápiz es mi poética.

Si alguien pregunta como quién quiero escribir
respondo “como Walcott”. Ésa también es mi poética.

También, esperar a que ella me muerda el cuello
para comenzar a escribir es mi poética. La oscuridad del mar,
lleno de pliegues, es mi poética. Ella pregunta como quién
quiero escribir

y yo respondo “no sé, como Walcott”. O más bien

mi poética es di algo visceral de una buena vez,
como en la ópera, sin esperar que ocurra una muerte
especialmente interesante al final: es mi poética.

Lo del lápiz mal afilado es indispensable para mi poética.

Sólo así quedan marcas en las hojas de papel
una vez que las letras se borran y las palabras ya no

se entienden o han pasado de moda o cualquier otra cosa.


Bastante menos que una idea

No creas en la verdad.
No creas en la belleza.
No creas en el amor.
Siéntate al piano
sopla el corno
rasga la cuerda
y quedamos a la par.
No me alcances un beserol
si me duele la cabeza.
No repitas conmigo
películas que ya viste.
No creas que hay algo
importante en lo que haces.

Ni siquiera una buena acción
es tan buena como ninguna acción.

Octava nube o noveno cielo apartes
algún día el cuerpo será un hecho suficiente.


El canto de las aves

                                     para Alberto Blanco

el canto de las aves escondidas en el follaje
apenas alcanza las tres sílabas

luego silencio

luego otra vez alcanza las tres sílabas
luego silencio

es la forma que tienen las aves de no decir nada
luego otra vez

tres sílabas luego silencio y luego otra vez
es el canto de las aves escondidas en el follaje de los ficus

tres sílabas silencio otra vez

es la forma que tienen las aves
de no decir nada

tres sílabas silencio tres sílabas

pero el canto
es hermoso y se repite regularmente al atardecer
y luego otra vez
y luego otra vez

y no dice nada


(Poemas recuperados de varias antologías y poemas sueltos del autor: Perro negro (1978), Fin desierto (1995), Cinco segundos de horizonte (2005), entre otras).

domingo, 10 de noviembre de 2024

IX Encuentro de Escritores en Resistencia desde el Cerro del Viento











Por noveno año consecutivo se llevará a cabo el Encuentro de Escritores en Resistencia desde el Cerro del Viento, en el Centro Comunitario Ecatepec Casa de Morelos, institución dependiente del INAH, en Ecatepec de Morelos, Estado de México. En esta 9a edición contaremos con la participación de 19 escritores, entre poetas y narradores que compartirán parte de su producción literaria relacionada temáticamente al tema de la violencia de género, en específico la que tiene que ver con la violencia feminicida. Asimismo, cada uno de los convocados, mostrará en sus textos reflexiones pertinentes de esta realidad que impera a nivel global y en territorio mexiquense, siendo Ecatepec de Morelos, un municipio golpeado por la violencia e inseguridad social.

    De este lugar, situado en el noreste del Estado del Estado de México,  lamentablemente se tiene una mala impresión, lo cual afecta sobremanera la vida cultural y artística. Por esta razón, el encuentro que se lleva a cabo desde 2016 a la fecha con nombre e identidad propia, pero que, de 2013 a 2015 se presentó como "Escritores por Ciudad Juárez (en Ecatepec)", siendo parte de la iniciativa internacional del extinto grupo Escritores por Ciudad Juárez, propone e incentiva el cambio de conciencia, a fin de erradicar este padecimiento de nuestros contextos. Entendiéndose que, "erradicar" no tiene que ser visto como un verbo imposible o una utopía. Es ante todo, un anhelo que como sociedad civil llevamos profundamente enraizado ante la falta de respuestas por parte de las autoridades, que son las que deberían garantizar una vida sin violencia feminicida que se ha vuelto un lastre en nuestra sociedad mexicana. 

    En esta novena edición, tal como lo hicimos en Casa de Morelos desde 2022, posterior a la etapa del Covid y que, nos obligó a efectuar dos ediciones de manera virtual (2020 y 2021), el encuentro se enmarca en las acciones del 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer y en las acciones que comprende la iniciativa #MuseosNaranja que el INAH, a través del Observatorio de Museos Raquel Padilla Ramos, destina para concientizar respecto a la problemática de los feminicidios. No olvidemos que, a raíz del cruento hecho de la trágica muerte de esta destacada antropóloga, historiadora y activista; feminicidio acontecido el 7 de noviembre de 2019, en Sauz de Ures, Sonora, en manos de su pareja sentimental Juan Armando Rodríguez Castro, sentenciado a 45 años de cárcel, se han planeado una serie de acciones, que responden al cometido de crear conciencia, en una especie de homenaje a su memoria.

    Este trágico hecho nos conecta a la memoria del origen de "Escritores por Ciudad Juárez", hace más de 10 años, pues el motivo generador de dicho encuentro, fue también un feminicidio, el de Susana Chávez (1974-2011), poeta y activista originaria de Ciudad Juárez, Chihuahua, víctima de feminicidio en manos de Sergio Cárdenas de la O, uno de los implicados en el lamentable hecho, ocurrido el 6 de enero de 2011. Fue así que, días después surgió el movimiento de los encuentros literarios y toda clase de performatividades de carácter solidario que tuvo alcance internacional, al reproducir la causa en distintos municipios de México y en algunas ciudades del extranjero como Buenos Aires, Argentina, Medellín, Colombia y Valencia, España, entre otros. Dos años más tarde, en septiembre de 2013, Ecatepec se uniría a esta iniciativa internacional, prosperando con el tiempo en un proyecto nuevo como lo es y ha sido el Encuentro de Escritores en Resistencia desde el Cerro del Viento, que toma el elemento simbólico del cerro Ehecatépetl, Cerro del Dios de Viento, lugar emblemático del municipio de Ecatepec de Morelos. Este elemento, unificado al concepto de la resistencia social, nos han dado la pauta a seguir, y esto ha sido año con año, desde octubre de 2016 en que realizamos la primer edición del encuentro.

    No sabemos exactamente hasta qué punto nos dirigimos, ni el tiempo de duración al que se extienda este proyecto, pero lo que sí sabemos es el esfuerzo que se dedica a la coordinación y organización, hasta la fecha, bajo la tutela de dos integrantes, un servidor y Marielle Tik (Hilda Ereiva), que poco a poco se ha involucrado en este proyecto, primero como colaboradora cercana, y desde 2020, como segunda coordinadora. El encuentro al ser independiente, no recibe apoyo alguno de instituciones, solo la disponibilidad de espacios de los centros culturales del municipio en algunas emisiones, como lo han sido: Centro Regional de Cultura Ecatepec José María Morelos, Centro Cultural y Recreativo Ecatepec, Revolucionarios Café, Centro Cultural Guerreros Sabios y principalmente Centro Comunitario Ecatepec Casa de Morelos, lugar de la primera emisión y en el que hemos realizado el encuentro en más ocasiones.    


Poeta y activista, Susana Chávez



    







Antropóloga y activista, Raquel Padilla Ramos 














    

    En esta ocasión, el encuentro contará con la participación de los siguientes escritoresAna Bertha BardalesEmilian Grozerovsky, Evaristo Mar, Guadalupe Lezama, Jorge H. Medrano, Juan Guillermo LeraLinda Callejas, Marcela Romm, Marizela Ríos ToledoMar Ruíz, Paqari Ayar & Silvia Benito G., Rubén Hernández, Sergio Alarcón, Sergio García y Ulises Zamora. Todos y cada uno de ellos, dispondrá de 10 minutos para presentar sus trabajos en una lectura que promete ser emotiva por la carga de sentimiento y tragedia, dado el trasfondo en el que se circunscriben. 

    La invitación está hecha. Se parte del IX Encuentro de Escritores en Resistencia desde el Cerro del Viento con tu invaluable presencia. La cita es en: Antigua Carretera México-Pachuca s/n, Km. 23.5. Col. San Juan Alcahuacan CP 55000. Ecatepec de Morelos, Estado de México. 


















Redacción: Víctor Argüelles
Coordinación del encuentro: Víctor Argüelles / Hilda Ereiva

Si te interesa, puedes seguirnos en Facebook como @encuentrodelviento
o solicitar unirte al grupo privado: https: Escritores en Resistencia desde el Cerro del Viento