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Fotografía tomada del INBAL |
Un poema extraño que cierra la antología El otoño recorre las islas (1973) de José Carlos Becerra (Villahermosa, 1936-Brindisi, 1970), es sin duda "[Roma]" (pp. 245-246), escrito en la etapa final del poeta, y que suma muchas pretensiones respecto a la configuración de la imagen en el poema que, a su vez interpreta una tendencia cultivada, por la que se le tiene en concepto como poeta de las imágenes, poeta de la mirada, exuberante y recargado al estilo modernista. No obstante, todo esto pertenece a la catalogación de una estilística que dio frutos, de los cuales se espera una crítica que apunte a descifrar e interpretar lo que verdaderamente importa en la vida y obra de un poeta, concretamente en el poema.
Es por eso que, este brevísimo análisis tiene como propósito subrayar la intención poética y vislumbrar posibilidades de lectura, ante un hecho visual como lo es la construcción del paisaje, que se presenta como una revelación de la mirada contemplativa para traer a flote, pensamientos y sentimientos del autor, que los asocia a una experiencia.
De José Carlos Becerra se ha dicho mucho, por lo que solo precisaré aquí que, en mayo del presente se conmemora el 88 aniversario de su natalicio y 54 aniversario luctuoso (21 y 27 de mayo respectivamente).
En "[Roma]", como en muchos de sus poemas se nos presenta un paisaje en relación al sujeto lírico que explaya sus ideas, sus visiones y su fuerte apego a una especie de teorización de la imagen. Es esta una inclinación en el poeta, pero también una vía para conectar su poética con lo visual. Además, otra estrategia que prevalece en su forma de poetizar en general, es el uso del intertexto, que se ve aquí con la toma de un verso de Gustavo Adolfo Bécquer ("Rima LIII", 1871), que funciona como puente referencial para conectarnos con una sensación de pérdida, justo uno de los temas más logrados en la poética de Becerra. Una pérdida que se traduce en duelo y fatalidad. Aquí la palabra muerte es solo una seña que se traza para asentar una idea, no de la muerte, sino de la "imagen" que se tiene de la muerte, tema que, es recurrente en las poéticas universales, y que está más que presente en los últimos poemas del autor en su trayecto final a su destino. El viaje del cual ya no se llegarían a culminar sus metas, muy lejos de su entorno en su país de origen.
Disfrutemos este poemas que se cree fue uno de los últimos encontrados en sus notas de viaje, posterior a la identificación de su cuerpo, y que fue tomado por los antologadores (Pacheco y Zaid) para cerrar la colección del libro referido líneas arriba. Lo curioso es que, la última estrofa no cierra como comúnmente se debe, con el punto final, sino con una coma, que propone una pausa, hasta cierto punto, dado el trágico final del poeta, como un suspenso. Algo que no cae todavía, y se mantiene levitando como un cuerpo.
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Colección propia, edición 2008 |
con lo dicho basta para apreciar
la fecundidad de la idea de Anaxágoras
la teoría postula movimientos que
(como es sabido)
requieren para su realización de una fuerza
dirigida siempre hacia
la posición de equilibrio
cuando en Roma algo es desechado
todas sus moléculas adquieren una velocidad suficiente
para salir a tiempo por la Cloaca Massima
a que el Tíber o el mar se las coma
mientras tanto en el Ponte Palatino
los pescadores aseguran sus anzuelos,
de esta imagen cinegética podemos
deducir las leyes del viaje
la estructura discontinua de la materia no impide el regreso,
volverán las oscuras golondrinas,
volverán a saludar a los muertos en el fondo de nuestros platos,
todo regreso es imán
de la posición de equilibrio,